domingo, 1 de agosto de 2021

Nuestra Decisión Hoy

 

Huérfana, Extranjera, Joven y Despreciada:

Destinada al Fracaso: ¿Cierto?

La Historia de Hadasá

 Daniel Montero: www.monterodaniel.com

Su nombre parecía una burla: Hadasá, que significa Nuevo, o Mirto.

-       ¿Nuevo? -Diríamos nosotras-. ¿Qué de nuevo se puede esperar? Con esas características está destinada a las drogas, la prostitución, el crimen y la muerte.

-       ¿Cierto?

-       ¿“Mirto?” -Añadiríamos-. Más parece una flor fúnebre que un mirto.

 

Estábamos equivocadas.

 

Hubo una diferencia, es más -tenemos que reconocer-, una significativa diferencia. Hadasá no puso su fe en algo: su pasado, su juventud, su origen, su fracaso, el desprecio que la circundaba. Ella puso su fe en aquello que ella decidió que fuera su llamamiento, es decir, puso su fe en Aquel que la llamaba, el Dios único.

 

Su historia cambió, vaya que cambió.

 

Nosotras la conocemos por el nombre persa que le pusieron después: Ester, que puede derivar de Estrella, y vaya qué estrella. Fue estrella y no estrellada, debido a su fe en Dios.

 

Su historia se escribió sobre el Siglo Cuarto antes de Cristo. Se trata del tiempo del exilio de los hebreos. De hecho, su padre adoptivo (primo por sangre), era bisnieto de una de las personas a quienes el rey Nabucodonosor llevó como cautivos a Babilonia, después de la conquista de Jerusalén cuando Joaquín reinaba en Judá.  Hadasá era hebrea, y vivió durante el reinado de Asuero (en persa Jerjes) en Susa, capital del imperio de Persia y Media, un gran imperio que abarcaba desde la India hasta Cus (Etiopía), e incluía el reino conquistado de los anteriores babilonios.

 

Hadasá, debido a su fidelidad a Dios, su obediencia a las instrucciones de su padre adoptivo Mardoqueo, aun siendo grande, y debido a la Providencia Divina, llegó a ser elegida como reina del imperio de los persas y los medos. Sin embargo, no todo fue brillante una vez que, gracias a Dios, fue elegida como reina.

 

El agageo Amán, antisemita, consiguió que el rey ordenara el exterminio de los hebreos. Ante esta terrible situación, Ester no optó por seguir escondiendo su origen, esperando escapar de la muerte. Tampoco procuró salvar su vida a cualquier precio. Por el contrario, ella decidió que su llamamiento existencial fuera ser la pastora elegida por Dios para traer cuidados y alivio a su pueblo, aunque ello significara una dura decisión.

 

Esta dura decisión fue presentarse ante el rey sin haber sido llamada. De conformidad con las leyes vigentes, esto significaba pena de muerte, salvo perdón expreso del rey. Sin embargo, tras tres días de ayuno y oración por parte de Hadasá y de las personas del pueblo de Dios, ella decidió poner su fe en Dios y presentarse ante el rey. Éste le perdonó la vida. Finalmente, Dios consiguió por medio de ella que su pueblo no muriese y que pudiese servir a los demás a través de su vida.

 

 

Hadasá: Un comienzo fracasado, pero, ante una decisión firme por Dios, la determinación de ser llamada al servicio, y el servicio a los demás, ese comienzo fue cambiado por una maravillosa noticia, la noticia de Dios como redentor del pueblo. Efectivamente, su nombre significa Nuevo, Nuevo Comienzo, Nueva Historia, Nuevo Éxodo, señalando hacia el Nuevo Éxodo que significa la encarnación, vida, muerte y resurrección de Jesús, y nuestra espera del retorno de nuestro Glorioso Rey para reinar sobre la nueva humanidad.

 

 

Esta decisión por Dios y su llamamiento, puede y debe ser nuestra decisión: Pongamos nuestra fe en Jesús, quien nos salva por su gracia en amor.

 

 

Bibliografía

 

Ropero Berzosa, Alfonso (Ed. Gen.) Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia. Barcelona, CLIE, 2013. Voces: “Ester”, “Ester, Libro de” y “Hadasá”.

VVAA. Biblia. Nueva Versión Internacional de Referencia. Nashville (Tennessee), Holman, 2015.


Daniel Montero monterodaniel@monterodaniel.com www.monterodaniel.com