Mensaje en la Semana de las Madres
Daniel Montero Bustabad www.monterodaniel.com monterodaniel@monterodaniel.com
A ustedes, queridas madres, actuales y
futuras, dirijo las presentes palabras, en son de felicitación, en esta que es
su semana. Para ello nada mejor que recordarnos, a todas las personas, el papel
tan importante que ustedes desempeñan, su gran relevancia, su vocación
imprescindible hacia un verdadero futuro para la humanidad… porque el presente
amenaza con construir el Infierno en la tierra, una pésima calidad de vida para
las generaciones futuras.
Por ello podemos preguntarnos, ¿dónde
está el motor que hace avanzar la humanidad? ¿Dónde se halla el progreso de la
humanidad?
En una primera etapa la humanidad se
cierra a cualquier cambio, a todo progreso. En efecto, muchas personas dicen
amar a sus madres, pero en realidad manifiestan un apego insano, una
dependencia que en verdad no es cariño; es el tipo de apego que Erich Fromm
denomina como “idolatría”; se trata de la persona que representa una etapa
superada de la humanidad, se aferra a aquello que puede controlar, negándose a
abrirse a lo nuevo, a la vida, el cambio, que como tal implica abrirse a nuevas
personas y a sucesos cambiantes, frescos, impredecibles. En esta etapa pasada,
en la que muchos viven hoy (“mamitis”), las personas se identifican con su madre,
con el suelo, con la tierra, con la “nacionalidad”, con el jefe-dictador, con
lo viejo, rechazando al extranjero, a los cambios necesarios, al progreso, a
una nueva humanidad.
Esta etapa debe dejarse atrás, y no
degenerar hacia esta etapa (con apego al nacionalismo, a la dictadura y al
dinero).
En otra etapa de la humanidad, en la
vida sedentaria, las personas creen que el avance de la humanidad se encuentra
en asegurarse la subsistencia almacenando grano y expandirse, crecer, dominando
militarmente a otros pueblos. Nuestro término “triunfo” procede de Roma, en el
acto en el cual el general victorioso entraba en procesión en la principal
avenida romana, arrastrando a los esclavos cautivos y los tesoros más
representativos de los pueblos derrotados. Esta etapa pretérita, que pervive
hoy también, une tiranía y violencia en una combinación sin precedentes.
Quienes pugnan por el amor al prójimo,
por la solidaridad, no podían estar contentos con esta forma de percibir el
mundo. La Biblia surge como una alternativa, como otra forma de ver las cosas
(Weltanschauung). Para nosotros el mundo avanza por el progreso de la razón, no
de cualquier razón, sino de aquella orientada a la solidaridad, que va unida a
las emociones, sentimientos y a la práctica constante de la virtud en medio de
un mundo hostil. Por ello, tal como explica Fromm, el nombre bíblico de D-os
equivale a la oposición a la “idolatría”, entendiendo por “idolatría” todo lo
que oprime al ser humano, tanto externamente, como psicológicamente. El progreso
de la humanidad se encuentra el poner justicia en el mundo, una nueva razón y
una nueva práctica en solidaridad.
Al hablar de “razón”, pensamos
inmediatamente en Kant, filósofo emblemático. Muchos consideran que es el
representante de la razón fría, abstracta, desconectada de la vida. Quienes así
hablan no han leído a Kant completo… o no lo han leído del todo. Para dicho
autor la razón y la justicia no se encuentran en los sentimentalismos o en la
experiencia, sino en pensar y vivir por principios objetivos…. pero ello no
quiere decir que este pensar y este vivir se desconecten de lo emocional. En
efecto, cuando explica las razones por las cuales debemos seguir viviendo,
continuar adelante, a pesar del mundo tan opresor en el que vivimos, acude a razonamientos
cargados de contenido emocional, en el cual la razón y la emoción se combinan
adecuadamente...
Hemos llegado a un punto clave. Para
que la humanidad continúe adelante, progrese de verdad, y se libere del
Infierno que estamos construyendo en la tierra destruyendo el ambiente (pésima
calidad de vida a las nuevas generaciones), se requiere vivir de acuerdo a los
principios objetivos de la razón unida a la emoción humana, de forma
equilibrada. Para ello se requieren crear y desarrollar pensamientos nuevos
para pugnar por una nueva humanidad, así como emociones y sentimientos acordes,
plasmados ambos en una vida práctica solidaria.
Los medios de masas, la industria del
chisme y las direcciones, pretenden que las madres se identifiquen con las
“modelos” publicitarias, con la televisión, con las emociones superficiales y
con el consumismo. ¿Por qué? Porque desean quitar de las madres su verdadero
poder.
Las madres son un motor de la historia,
por los pensamientos que crean, por las emociones que desarrollan, por la
práctica diaria, y por inculcar todo ello a las nuevas generaciones.
El mundo es cambiado por el amor
incondicional en acción, característica propia de una madre. He aquí el motor
de la historia.
No hay dinero en el mundo que se
compare a lo que realiza una madre en su vida cotidiana amando, enseñando y
generando emociones, sentimientos y prácticas en las nuevas generaciones,
libres de consumismo, superficialidad, exclusiones y prejuicios. Ustedes son el
motor de la historia; no permitan que las comparen con “modelos”, personas
consumistas o con formas de vida superficiales. Para radicar un futuro bueno
para la humanidad, ustedes son imprescindibles, para amar incondicionalmente,
educar la infancia y juventud con este amor, libre de consumismo,
superficialidad y mentira, con amor de verdad, tradición, valores nobles y
rectitud. El futuro de la humanidad depende de ustedes: sigan adelante.
Daniel Montero
Bustabad
www.monterodaniel.com