Lecciones de
Fe Cristiana
Vivida en la
Iglesia Episcopal,
Bajo la
dirección de la Biblia como norma suprema,
En el camino de la tradición y la Razón
Lección Nº 1 – Compromiso
Daniel Montero Bustabad –
www.monterodaniel.com
Un joven estaba muy
contento de poder aprender de la fe, y se reunió con un maestro de mucha
experiencia. El maestro dijo a su discípulo: “Antes de comenzar a hablar de nuestra fe, es importante hacerte una
pregunta: ¿Estás dispuesto a morir por la fe?” El discípulo contestó: “Sí, estoy dispuesto a dar mi vida por el
mensaje de la Biblia”.
Esta historia real
nos muestra que la enseñanza que hoy empezamos todas juntas, es un camino de
gran importancia. No se trata de hablar por hablar, ni sólo de recibir
información o datos. Se trata de que todas nosotras vivamos juntas una
experiencia muy profunda, que empieza por aceptar el compromiso de dedicar, en
serio, toda nuestra vida a Jesús. Dedicar nuestra vida a Jesús significa vivir
todos los días en amor a Él, así como en amor y solidaridad con todos los seres
humanos. La única cosa más difícil que morir por la fe, es vivir todos los años
de nuestra vida, fieles, en compromiso firme, constante, día a día, dedicados a
Jesús y al prójimo.
Por ello la enseñanza
que hoy damos inicio, comienza con una decisión: La decisión de que Jesús sea
lo más importante en nuestra vida, es decir, que lo prioritario para nosotras,
sea el amor a Jesús y al prójimo, una vida dedicada a la solidaridad. Nuestro
tiempo, dinero, habilidades y pasiones, en nuestra vida de todos los días, han
de dar gran importancia a este amor a Jesús, y a la solidaridad con el prójimo,
con los necesitados, y con la Iglesia. Estas son las prioridades que Jesús nos
muestra en la Biblia.
Unámonos juntas y
juntos en esta oración: “Amado Dios, quiero
que Jesús y su enseñanza sean lo más importante en mi vida. Entrego mi vida a
Jesús. Reconozco ante ti mis errores, pecados y limitaciones, y te pido tu
perdón y tu ayuda. Te pido que Jesús dirija mi vida, la de mi familia, la de
mis seres queridos, y a la Iglesia San Felipe y Santiago. Te pido que abras
ante nosotras un futuro de esperanza en Ti. Gracias por tu respuesta de amor”.
Ahora iniciamos una vida renovada en Jesús. ¡Felicitaciones!
En la primera lección
que el maestro dio a su discípulo, le recordó el texto de Deuteronomio 6:4: “Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios, el
Señor es Uno”. Fue el texto especial, que el sacerdote que casó a los
padres del maestro, les dio como guía para su matrimonio. Ese versículo es muy
importante. Enfaticemos la primera palabra: “escucha”.
Escuchar no es solo oír, sino prestar atención, grabar en el corazón y en la
mente y, sobre todo, aceptar como algo importante. Eso es lo que realmente
significa escuchar.
Por ello las
lecciones que compartiremos juntas y juntos, se basan precisamente en un dar y
recibir unos de otros. Aprenderemos juntas, con la mente y el corazón abiertos.
Viviremos comprometidos con lo que aprendemos unos de otros, dispuestos a
prestar atención, a pensar seriamente en lo que aprendemos, y a ponerlo en
práctica en nuestra vida diaria.
A continuación nos
dice Deuteronomio 6:5 “Ama al Señor tu
Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. Este es el gran mandamiento que, junto al amor al prójimo y la
solidaridad, son lo más importante de nuestra fe.
Sigamos leyendo Deuteronomio 6:6-7 “Grábate
en la mente todas las cosas que hoy te he dicho, y
enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como
en el camino, y cuando te acuestes y cuando te levantes”. Lo que aprendemos
de Jesús, no es para dejarlo olvidado o para guardarlo sólo para nosotras. La
fe cristiana que aprendemos se comparte con la familia, con los seres queridos,
y con la Iglesia, todos los días. La enseñanza cristiana a los hijos en el
hogar, es algo muy importante para nuestra fe. Es algo que Jesús desea que
hagamos. No podemos dejar abandonados a nuestros hijos o padres ancianos,
entretenidos solo con televisión y tecnología. Debemos enseñarles todos los
días acerca de la Biblia, mediante la conversación, la lectura de la Biblia, la
oración, y el contar historias.
También Deuteronomio 6 nos llama a escribir los mandamientos de la fe en
las puertas de nuestra ciudad. Esto es un símbolo que significa que la
enseñanza de la Biblia debe ser importante en los asuntos políticos de nuestra
ciudad y país. La moral o ética del cristiano debe vivirse diariamente en su
comportamiento en su casa, en su trabajo, a la hora de votar en las elecciones,
y de tomar responsabilidades públicas. Debemos vivir de forma correcta en
nuestros hogares, trabajos y país. Esto es lo que hace progresar a los países.
Conclusión: En esta lección hemos aprendido lo siguiente:
1) Hemos aceptado a
Jesús como el Dueño de nuestra vida y como nuestro Salvador. Jesús va a guiar y
dirigir nuestra vida. Es un compromiso serio.
2) A lo largo de esta y
las siguientes lecciones, vamos a aprender unas de otras con la mente y el
corazón abiertos, dispuestos a aprender de los demás, de Jesús, y a obedecer y poner en práctica lo que
Jesús nos enseñe por la Biblia.
3) Lo que aprendamos,
así como todo lo que sepamos de Jesús, lo compartiremos con nuestros hijos e hijas,
con el resto de la familia, seres queridos, y con la Iglesia. La educación
cristiana de la familia es una responsabilidad nuestra. La televisión y los
videojuegos NO pueden ser lo más importante de la vida de nuestras hijas e
hijos, sino lo que aprendamos de Jesús y de la Biblia. 4) Debemos vivir con moral o ética como personas, como parte de
nuestra familia, en nuestros trabajos, y como ciudadanos y ciudadanas
comprometidos con la justicia y la solidaridad.
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