miércoles, 18 de marzo de 2015

¿Estamos a la altura de nuestra Misión? Sobre la unión inseparable entre Nueva Evangelización y Vida Matrimonial Sana. Introducción a Génesis 20 y 21

¿Estamos a la altura de nuestra Misión?
Sobre la unión inseparable entre Nueva Evangelización y Vida Matrimonial Sana
Introducción a Génesis 20 y 21

Daniel Montero Bustabad

I.              Introducción.

La pregunta de si estamos a la altura de nuestra misión debe ser una constante en nuestra vida de oración; forma parte de la reflexión permanente de todo fiel hijo de D-os, buscando crecer en el camino del Padre y reconocer sus faltas para ser perdonado. También debemos hacerlo por amor a la humanidad; ello se debe a que, si nos alejamos del Señor, no seremos aptos para transmitir con nuestros actos y vida, el llamamiento al arrepentimiento que D-os desea realizar a todos los seres humanos a través nuestro.
Mediante la presente reflexión profundizaremos en una interpretación de los capítulos 20 y 21 de Génesis que nos lleve a formular un mensaje racional válido para las personas de la actualidad. En concreto, procuraremos tomar de dichos capítulos la respuesta a la pregunta de cómo vivir a la altura de nuestra misión de hijos de D-os, especialmente a través del vínculo íntimo entre Nueva Evangelización y Vida Matrimonial Sana.
Con dicha finalidad tomaremos como punto de partida la dignidad humana y, desde su luz, analizaremos el texto bíblico. En línea kantiana entendemos por dignidad humana, el compromiso integral u holístico de tratar a cada persona como un fin en sí mismo y no como un objeto o instrumento para otra finalidad, sin  importar cuán importante, sagrada, patriótica o urgente sea esa otra finalidad. Tomando tal punto de partida, observamos que el mandamiento bíblico de amar al prójimo (Levítico 19:18), al extranjero (Levítico 19: 32-35) y al enemigo (implícito en el mismo Levítico 19:18 e incluido en Éxodo 23:4-6), constituye la forma bíblica de designar el compromiso integral (holístico) con la dignidad humana.

II.            Desarrollo.


1-    Génesis capítulo 20 verso 1.

Tomemos como antecedente los capítulos 12 y 15 del libro de Génesis. Abraham vivía en Ur de los Caldeos, la capital del impero que en ese entonces dominaba el mundo conocido. Abraham fue llamado (vocación) por el Señor para dejar su tierra y su familia y vivir una vida nómada en la periferia del mundo (Palestina), con una misión muy especial: formar una familia a través de la cual serían bendecidas, apoyadas y amadas todas las naciones de la tierra.

Abraham fue llamado ser un auténtico misionero. ¿Qué es un misionero? Pensemos en los sefaradíes que recorrieron los rincones del continente americano evangelizando a los paganos; su vida implicaba pobreza, abstinencia, carencia de familia cercana, torturas, riesgo de muerte inminente, mil y un peligros con tal de sembrar la palabra de D-os en los corazones de los nativos.

Aunque la Biblia nos informa que Abraham era rico, ello no lo exime del riesgo que corría por vivir el Camino del Señor en medio de sociedades paganas, lejos de su familia extendida, en una época en la cual no existía protección para el extranjero, donde la crueldad formaba parte inseparable de las culturas dominantes.

El misionero Abraham, hombre que vivía al filo de la navaja, debía no solo forjar día con día una familia santa que fuese ejemplo a la humanidad y la bendijese en todo sentido, sino que también debía, con su ejemplo y recta conducta, evangelizar (hoy sería Nueva Evangelización) a los paganos; ello consiste en mostrar con su ejemplo que existe una forma de vida infinitamente mejor que la idolatría, en amor práctico y solidaridad, fiel reflejo del carácter amoroso del D-os único (Deuteronomio capítulos 4 a 6).

En Génesis capítulo 20 verso 1 observamos que parte del recorrido misionero de Abraham incluyó residir en el desierto del Negueb en el extremo sur de Palestina.


2-    Génesis 20 versos 2 y 11 a 13.

En este texto se dice que Abraham mintió al decir que Sara era su hermana, en realidad media hermana, omitiendo también añadir que era su mujer. Abraham “justificó” su proceder por el riesgo que corría de ser asesinado por los supuestos inconversos (Abimelec y demás) con tal de robar a Sara. Con esta mentira repetida Abraham permitió que Sara pudiera ser tomada por Abimelec u otro hombre. En otras palabras, Abraham trató a su esposa como una simple mercancía, permitiendo que otros la poseyesen, con tal de salvar su vida.

El pecado de Abraham consiste en violar la dignidad humana de Sara, tratándola como un objeto del cual puede deshacerse con tal de salvar la vida. En este sentido, en la doctrina judía se ha desarrollado la explicación de que existen pecados que se deben evitar, incluso si ello implica perder la vida. Dentro de estos pecados se encuentra la idolatría. Al mismo nivel ponen el adulterio, lo cual resulta consecuente con lo que hemos explicado, pues implica tratar al cónyuge como una mercancía cuya dignidad se viola con tal de lograr lo que se quiere.

Con su ejemplo negativo, como veremos a continuación, la historia de Abraham nos muestra que lo primero que debe evitar quien desea estar a la altura de su Misión es violar la dignidad de otras personas, empezando por su cónyuge y por nosotros mismos.


3-    Génesis 20 versos 3 a 8.

Abimélec, quien supuestamente era un simple pagano que debía recibir el llamado al arrepentimiento a través de Abraham, en realidad muestra ser más creyente que el mismo Abraham; ello se debe a lo siguiente:

a.    Abimelec sabía quién era D-os. No confundió al Señor con cualquier “d-ios” pagano, sino que lo identificó como el Padre de la bondad. (Ab: Padre; melec: Rey).
b.    Abimelec era humilde, pues recibió con solicitud el mensaje del Señor.
c.    Abimelec obedeció al Padre sin rechistar.
d.    Abimelec actuó de buena fe, y D-os confirmó que, en efecto, eso era cierto, y tan cierto era, que el Señor impidió que su hijo amado Abimelec pecara.
e.    Abimelec no solo obedeció en todo al Padre, sino que también dio instrucciones claras al pueblo, enseñándoles que D-os es justo, que el homicidio y el adultero están prohibidos y que la paga del pecado es muerte.
f.     Abimelec como rey supuestamente pagano, está más cerca de la bondad y la justicia que miles de gobernantes supuestamente cr-stianos.  

Este texto nos enseña a ser humildes, humildes como el cobrador de impuestos, que se negaba a actuar como el fariseo convencido de su justicia, y que solo le ruega a D-os por misericordia, sabedor de sus debilidades.

Ya vimos que el primer paso para ser misionero y estar a la altura de nuestra Misión, es respetar la dignidad humana de las personas, empezando por nosotros mismos y por nuestro cónyuge.

El segundo paso para vivir a la altura de nuestra Misión, se encuentra al estar siempre al tanto de que la otra persona, el supuesto “inconverso”, puede en realidad ser más creyente que nosotros mismos. No ganaremos un alma para Cristo si nos creemos santos y que los demás son pecadores. Debemos acudir humildemente a la cruz cada día y pedir perdón por nuestras faltas; asimismo hemos de ser humildes y valorar a cada persona que conocemos, y descubrir en ella los aspectos de bondad y de justicia que se encuentran en sus vidas. Luego podemos utilizar esa bondad y justicia que encontramos en ellos como herramientas para presentarles el evangelio. En casos especiales en los cuales no encontremos nada positivo en esas personas (ejemplo, un dictador), hemos de efectuar un  llamamiento al arrepentimiento, pero de manera humilde, no creyéndonos superiores a nadie, sino con la humildad de Cristo.


4-    Génesis capítulo 20 versos 9 y 10.

Abimelec, después de haber contado a sus subalternos el mensaje del Padre de modo tal que les inspiró temor de D-os, encara y critica abiertamente a Abraham. Tomemos nota de que Abimelec no le reprocha a Abraham que sea creyente, sino que lo critica directamente (como debe ser, a la cara, no a sus espaldas) por no ser un creyente fiel.

Lo indicado en el párrafo anterior nos lleva a constatar que la tercera etapa para vivir a la altura de nuestra Misión, consiste en percatarnos de que la principal manera de evangelizar no está en hablar, sino en el ejemplo, en la vida diaria que refleje los valores del Reino de D-os (reino de los fines en terminología kantiana), es decir, en una conducta de amor práctico a D-os y al prójimo. Abraham demostró no estar a la altura de la Misión porque violó la dignidad humana de su esposa al tratarla como una simple mercancía. Es decir, Abraham no dio buen testimonio, lo cual le acarreó el reproche justificado de la gente.

El misionero, el siervo de Cristo, debe saber que el mundo tiene los ojos puestos en él. Si vive de acuerdo al amor práctico a D-os y al prójimo, estará evangelizando sin  necesidad de utilizar palabras. Si se aparta de tal amor práctico al prójimo, estará siendo un obstáculo a la evangelización, tal como le sucedió a Abraham.

Lo señalado anteriormente no significa que el creyente no deba evangelizar mediante las palabras. Las palabras dichas en el momento oportuno, con el mensaje correcto y de forma respetuosa, son valiosas para la conversión de las personas. Pero deben ser palabras respaldadas con el testimonio. De lo contrario, haríamos realidad el reproche de Cristo a sus contemporáneos citando la Escritura: “Por su causa mi nombre es insultado todo el día”.


5-    Génesis capítulo 20 versos 17 a 20.

En estos versos vemos que Abraham intercede por Abimelec ante el Padre, rogando por la salud de la familia de Abimelec. Ello significa que Abraham responde con humildad al reproche de Abimelec. Abraham, a pesar de su error, rectifica, y cumple la voluntad del Señor: interceder por quien lo criticó justamente. Muchos de nosotros, en los momentos difíciles, nos sentimos tentados a abandonar el camino y dejar de lado nuestro compromiso con Cristo. Por el contrario, Abraham, demostrando ser el patriarca de la fe, muestra humildad y arrepentimiento, porque cumple el mandato del Padre intercediendo por Abimelec. En la vida es muy fácil caer, pero como dijo alguien, lo que nos define no es la caída, sino lo que hacemos después de caer, es decir, si nos levantamos y continuamos adelante en el camino recto.


6-    Génesis capítulo 21 versos 1 a 7.

Este pasaje se conecta con el mensaje de la semana pasada (Génesis 28 versos 9 y siguientes). La fe, la fidelidad de Abraham (su capacidad de seguir adelante y reponerse a pesar de haber caído) es recompensada con un hijo, no solo en el sentido biológico, sino en el sentido racional. Ello quiere decir que la persistencia del justo tiene como consecuencia dejar una huella para el futuro. Quien sea constante en los caminos del Señor dejará un impacto en las vidas de los demás, que trascenderá el tiempo y brillará de generación en generación (Isaías 53 versos 10 y siguientes).


7-    Génesis capítulo 21 versos 8 a 19.

Después del nacimiento de Isaac, Sara siente celos por Agar y su hijo Ismael. Este sentimiento se enciende al ver a Ismael jugar. Por ello pide a Abraham que despida a Agar y a Ismael. Este no es el momento para debatir si eran celos justificados o no. El panorama en el que se encuentra Abraham consiste en que, por los motivos que sean, su esposa no puede vivir teniendo al lado la otra mujer de su marido y su hijo. Es una situación muy difícil. Abraham escucha a D-os, quien le insta a obedecer a su esposa. Obedeciendo al Señor, Abraham nos da una enseñanza racional muy importante: Una vida matrimonial sana implica que el marido acepte aquellas situaciones innegociables en las que se ha de ceder para alcanzar la paz del hogar (shalom bayit). Lo mismo aplica por parte de la mujer respecto a su marido.

Manteniendo la paz en el hogar Abraham muestra ser un fiel misionero de D-os, complaciendo a su esposa en aquellos aspectos tan importantes, respecto a los cuales la esposa siente que le resulta imposible ceder.


8-    Génesis 21 versos 22 a 34.

Aquí nos encontramos con una encarnación viva de Deuteronomio 4: 5 a 9. La fe, la fidelidad de Abraham a las normas dadas por D-os, lo acreditan como un hombre justo, de buen testimonio. Este buen testimonio hace brillar a Abraham, de modo que lo que nosotros llamamos “inconversos”, Abimelec y sus subalternos, acuden a Abraham para fortalecer su relación.

Aquí vemos confirmada la enseñanza racional en el sentido de que el buen testimonio en general, y, en especial, el buen testimonio de una relación matrimonial sana, que procura la paz en el hogar (shalom bayit), son los aspectos más importantes en la evangelización del misionero. Aquí se encuentra la clave para vivir a la altura de nuestra Misión.



III.           Conclusión.


Algunos aspectos relevantes del pasaje analizado son:

1-    Abraham fue llamado por D-os para ser misionero nómada, sin un punto fijo de residencia, con la finalidad de formar una familia santa, que fuese de bendición para todas las naciones de la tierra,  y pilar de la evangelización del mundo.
2-    Para lograr lo anterior, Abraham (al igual que nosotros) debía vivir a la altura de nuestra Misión.
3-    El primer paso para vivir a la altura de nuestra Misión, es el amor práctico a D-os y al prójimo, empezando por respetar la dignidad humana de nuestra esposa y demás miembros de la familia.
4-    El segundo paso para vivir a la altura de nuestra Misión, se encuentra al estar siempre al tanto de que la otra persona, el supuesto “inconverso”, puede en realidad ser más creyente que nosotros mismos. Ello nos debe motivar a reforzar nuestra humildad y respeto en el trato de las personas, estando atentos a descubrir cómo D-os se está moviendo en la vida de estas personas y utilizar esto como herramienta de evangelización.
5-    Los inconversos nos juzgan por nuestro testimonio. Un testimonio fiel es el principal medio de evangelización.
6-    Todos los seres humanos caemos. Lo importante es arrepentirnos, pedir perdón y persistir en los caminos del Señor, tal como hizo Abraham.
7-    Una parte importante del testimonio consiste en mantener la paz en el hogar (shalom bayit, vida matrimonial sana). Ello implica estar dispuestos a ceder en aquellos aspectos en los cuales nuestra esposa (o) le resulte imposible ceder, tal como hizo Abraham accediendo a la petición de Sara.
8-    El buen testimonio atrae la atención de los inconversos y propicia la Nueva Evangelización.

Lecturas importantes para ampliar.

Bindman, Yirmeyahu. The Seven Colors of the Rainbow. Torah Ethics for Non-Jews. Resource Publications Inc., 1995, págs. 8 y siguientes.
Feldman, Louis H. Jew & Gentile in the Ancient World. Nueva Jersey, Princeton University Press, 1995, págs. 646 y las demás referidas en esa página.
Filón de Alejandría (Philo). “On the Migration of Abraham”. En: Philo. The Works of Philo. EE.UU., Hendrickson Publishers Inc., págs. 253 y siguientes.
Fromm, Erich. You shall be as g-ds. Nueva York, Holt, 1991.
Kant, Immanuel. Groundwork of the Metaphysics of Morals. Cambridge, Reino Unido, Cambridge University Press, 1998.
Kant, Immanuel. Religion and Rational Theology. Nueva York, Cambridge University Press, 2006, especialmente págs. 70 y siguientes (6:18 y siguientes).

Montefiore, Claude G. How to spread the message of Liberal Judaism. EE.UU., BiblioLife, LLC., s.f.


Daniel Montero Bustabad

domingo, 15 de marzo de 2015

El Acierto de Abraham... Introduccion a Genesis 18 y 19.

El Acierto de Abraham
… Y el error de Sodoma
Introducción a Génesis 18 y 19

Daniel Montero Bustabad


I.              Introducción.

El objetivo de la presente homilía consiste en tomar como punto de partida la dignidad humana y, desde su luz, destacar la importancia de los capítulos 18 y 19 del libro de Génesis.
En línea kantiana entendemos por dignidad humana, el compromiso integral u holístico de tratar a cada persona como un fin en sí mismo y no como un objeto o instrumento para otra finalidad, sin  importar cuán importante, sagrada, patriótica o urgente sea esa otra finalidad.
Tomando tal punto de partida, observamos que el mandamiento bíblico de amar al prójimo (Levítico 19:18), al extranjero (Levítico 19: 32-35) y al enemigo (implícito en el mismo Levítico 19:18 e incluido en Éxodo 23:4-6), constituye la forma bíblica de designar el compromiso integral (holístico) con la dignidad humana.
Es en este momento cuando nos preguntamos si Génesis 18 y 19 es una simple pieza literaria sin sentido o, como propugnamos, un texto importante entonces y ahora, con un mensaje muy importante para las personas de la actualidad.
Antes de iniciar se debe realizar la lectura bíblica de los siguientes textos: Génesis 1: 26-27, Génesis 9: 5, Levítico 19: 18, Levítico 19: 32-35, Éxodo 23: 4-6, Isaías 53: 10-11, Isaías 58, Jeremías 23:14, Ezequiel 16:49, Daniel 2. De la bibliografía posterior se pueden contemplar los siguientes pasajes: Marcos 12: 28-31, Mateo 25: 31 y siguientes, Santiago 2:8, Hebreos 12: 25 y 29 y Hebreos 13: 1-3.

II.            Justificación del título de la homilía.

Podríamos estar tentados a designar como título de la lección: “El juicio contra Sodoma” o “La destrucción de Sodoma”. Sin embargo, hemos de rechazar enfáticamente tal propuesta. Dado que consideramos que D-os es único, uno solo (Deuteronomio 6:4), y además separado, distinto de lo demás (santo, Isaías 6), establecemos que el bien (D-os) es cualitativamente superior al mal, y a cualquier otra cosa, en un grado superlativo. Como explica una autora, la distancia que separa el ángel más sublime del gusano más diminuto, no es nada comparada con la distancia que separa a D-os del ángel más destacado. De lo anterior se sigue que hemos de definirnos por aquello que nos distingue, es decir, por el bien, y no hemos de definirnos por lo que rechazamos. Es cierto que, debido a nuestro compromiso con la dignidad humana (bien), hemos de rechazar mucho; sin embargo, eso que rechazamos es una simple consecuencia de lo que nos define… y no al revés.
Es por ello que el título que debería encabezar los capítulos 18 y 19 de Génesis es: “El acierto de Abraham”. Abraham se define por aquello que él eligió, es decir, por su decisión de confiar en D-os, lo cual le fue contado por justicia (Génesis 15:6). Esto es lo que caracteriza el pasaje bíblico que analizamos. Lo demás, su rechazo del mal, su separación del error (pecado) de Sodoma, es una simple consecuencia de su amor por el bien.
Siendo así las cosas, podemos inquirir cómo se traduce de forma práctica este acierto de Abraham de confiar en D-os, es decir, en qué consiste la justicia que D-os le imputó a Abraham. Precisamente Génesis 18 y 19 ofrecen la respuesta a tal cuestión.

III.           Desarrollo.


1-    Génesis 18 versos 1 y 2.

La tradición judía (R. Bendahan) nos relata que Abraham se encontraba a solas, en un momento de comunión íntima con D-os. Abraham había llegado al nivel más alto de relación mística con el Padre... De pronto, observa unas personas que lo necesitan; en ese momento, Abraham no sabía quiénes eran esas personas; solo entendía que eran viajeros, vulnerables como tales, en necesidad de hospitalidad. Entonces Abraham hace una pausa en su intimidad mística con D-os, y se dirige rápidamente a esas personas que necesitan atención y cuidado. La enseñanza de ese pasaje (paralela a la lección talmúdica que, en torno a Éxodo 19 y 20 y Deuteronomio 4 a 6, impartió el filósofo Lévinas) se encuentra en que la norma suprema es el amor práctico al prójimo. La comunión mística con D-os es importante, pero debe ser un complemento al compromiso con amar y apoyar a las personas… incluyéndonos a nosotros mismos. Si tomamos el ejemplo del ayuno (una forma de comunión espiritual con el Padre), vemos que en Isaías 58 se enseña que lo importante es ayudar al débil y al necesitado, siendo el ayuno un aspecto subordinado a este imperativo de amor al prójimo.

2-    Génesis 18 versos 3 a 8.

Abraham se dirige a los viajeros con las palabras más corteses de la cultura oriental (los llama “señor”) y les ofrece lo mejor de alimento y les brinda su compañía. De ahí comprendemos que el necesitado merece lo mejor de nuestro respeto, afecto y ayuda. Abraham no se limitó a darles unos víveres y dejarles que comieran solos, sino que seleccionó lo mejor y les ofreció un don muy valioso: su tiempo y sincera compañía. No solo eso, sino que el mismo Abraham se puso a servirles, como el sirviente que atiende a su amo.

3-    Génesis 18 versos 9 a 15.

Después que los viajeros comieron, se da un diálogo muy importante, del cual se deduce que la Presencia del Padre se encontraba en medio de los viajeros. Sin embargo, como manifestamos anteriormente, debe quedar claro que en un principio Abraham desconocía quiénes eran estas personas; les sirvió, no porque supiese de su importancia, sino que les atendió porque eran personas que necesitaban de su apoyo (hospitalidad). Abraham no mostró ser una persona interesada que festeja a personajes relevantes, sino un ser humano que sirve a quien requiere de su apoyo, sin otro interés.

En el diálogo que se produce en los versos 9 a 15 vemos que el Señor promete a Abraham un hijo. Aquí encontramos una enseñanza racional de gran relevancia. Nos explica cuál es la consecuencia del comportamiento bondadoso y justo. El hijo simboliza la posteridad que recibe quien practica la rectitud. Incluso quien no tiene hijos, como el eunuco, puede estar seguro que su comportamiento de amor al prójimo no va a ser el vano (Isaías 56), sino que significa un aporte firme hasta la eternidad. El bien y la justicia que sembramos van a quedar para la posteridad, y aun después de fallecidos, esa bondad y esa justicia van a permanecer para siempre. Como escribimos una vez:

When a righteous man perishes,
The sacred bond of life is not cut off,
But the seeds of love he has sown in others
Begin to flourish in the most deep and unexpected ways.

La misma enseñanza encontramos en Isaías 52 y 53 (especialmente Isaías 53 versos 10 y 11); recordemos que el siervo sufriente que muestra este texto no es únicamente Jesús, sino también todo aquel que sigue su camino; como el mismo Cristo señaló: “quien quiera venir en pos de mí, tome su cruz (sufrimiento) y sígame”. Ello quiere decir que quien practica la bondad (ética) y la justicia (Derecho) sufre en la vida más que quienes viven superficialmente, pues reciben más rechazo y problemas. Sin embargo, persistir en el camino del bien a pesar de los obstáculos, es lo que ayuda al necesitado, es lo que trae beneficios a la vida de la humanidad, es lo que aporta en el camino de la rectitud (Levine).

Pues bien, lo que nos prometen los textos citados es que nuestra persistencia no va a ser en vano, sino que constituirá un haz de semillas que, aunque fueron plantadas y regadas con nuestras lágrimas, en algún momento (quizá después de que fallezcamos) germinarán en la vida de los demás. Este es el consuelo del siervo sufriente de Isaías 52 y 53 y este es nuestro consuelo. Abraham confió en D-os cuando el Padre le prometió esto mismo, y este es el llamamiento que la Biblia nos hace hoy a cada uno de nosotros.

4-    Génesis capítulo 18 versos 10 a 21 y Génesis capítulo 19 versos 1-29.

En este pasaje el Padre le comunica a Abraham que los viajeros visitarán Sodoma, para dar a los habitantes de la misma una última oportunidad de arrepentirse y cambiar; de lo contrario, los destruirá.

Es en este momento cuando nos podemos preguntar cuál es el pecado de Sodoma, qué es eso tan grave que amenaza con su destrucción. La respuesta la encontramos en Ezequiel capítulo 16 verso 49: “Este fue el pecado de tu hermana Sodoma: ella y sus aldeas se sentían orgullosas de tener abundancia de alimentos y gozar de comodidad, pero nunca ayudaron al pobre y al necesitado”.

Este es el mismo pecado que se comete hoy día. El “Estado social y democrático de Derecho” del cual hablan tanto los políticos, legistas y jueces, se encuentra seriamente amenazado, y puede desaparecer más pronto de lo imaginado; las causas de ello son su materialismo, su consumismo y su superficialidad.

En el libro del profeta Daniel (por ejemplo Daniel capítulo 2 versos 27 a 45) vemos el símbolo de una estatua que representa los diversos imperios paganos que han dominado el mundo. Podemos preguntarnos, ¿qué queda hoy de la cultura pagana egipcia que dominó el mundo? ¿Y de la babilonia, de la medo-persa, de la griega y de la romana? Poco. Y lo poco que ha sobrevivido lo ha hecho porque se trata de aspectos que revisten un gramo de rectitud, los cuales fueron injertados en la cultura judeocristiana. Sin embargo, el aporte religioso y cultural del judaísmo es enorme, brilla hoy en día, a pesar de tratarse de un pueblo infinitamente más pequeño que los grandes imperios que una vez dominaron el mundo.

(El pueblo de Israel corre el riesgo de caer en idolatría al colocar los intereses de poder del Estado de Israel por encima de la ética de amor al prójimo; de hecho, muchos ya han caído en tal idolatría).

Aquí hallamos otra gran enseñanza. Si vivimos en el consumismo, con un estilo de vida superficial, no solidaria, seremos engullidos por la historia y no dejaremos huella, como ha sucedido con los grandes imperios paganos del pasado, aludidos en el libro de Daniel. Por el contrario, el futuro se encuentra en ser parte de una pequeña minoría, una ínfima minoría de personas que viven de forma comunitaria en Iglesia, practicando la bondad y la justica, es decir, el amor al prójimo, la dignidad humana. Allí se encuentra el futuro de la humanidad.

5-    Génesis 18 versos 22 a 33.

Como bien señala un autor, Abraham intercede por Sodoma, busca y pide lo justo para todas las personas, aunque se trate de personas con el estilo de vida superficial completamente contrario al nuestro. Quien busca y vive la justicia procura actuar rectamente con todos, sin excepción e intercede por ellos. Por lo anterior, el diálogo de Abraham con el Padre se desarrolla en búsqueda de justicia. Se parte de la idea común en ese lugar de que una sociedad, para existir como tal grupo o sociedad, requiere de un mínimo de diez personas. (Del mismo modo, en una Sinagoga, se necesita un número mínimo de personas, diez, para que exista un מִניָנִים minyanim o quorum válido para realizar las oraciones que se hacen como tal congregación). Abraham dialoga para que el Señor garantice que todos los habitantes sobrevivirán, con la única condición de que se encuentre un mínimo de personas justas (diez). Sin embargo, como hemos visto en los pasajes arriba citados, en Sodoma ni siquiera se encontraban diez justos. Por ello Sodoma es extinguida, pero D-os salva a quienes sí eran justos, Lot y sus hijas.

El texto aludido no ha de ser tomado en su literalidad, sino que hemos de entender y guardar en nuestro corazón el mensaje racional que nos transmite: Sodoma, como toda ciudad pagana y como todo imperio pagano, pasará a la historia sin dejar huella positiva, lo mismo que puede pasarle al moderno “Estado social y democrático de Derecho”, debido a su paganismo (idolatría de consumismo y superficialidad).

Sin embargo, el llamamiento de la Biblia es a que seamos como Abraham, personas dedicadas a amar a D-os y al prójimo de una manera práctica y, de este modo, encontremos vida, posteridad, futuro. Como nos dice Deuteronomio 39:19: “…Escojan, pues, la vida, para que vivan ustedes y sus descendientes”.




IV.          Conclusión.


Algunos aspectos relevantes del pasaje analizado son:

1-    El acierto de Abraham fue confiar en D-os de una manera práctica, es decir, amando al Padre y al prójimo, a todas las personas que necesitaban de él, sin esperar nada a cambio. Es decir, Abraham trató a las personas conforme a su dignidad humana, en amor.

2-    El error de Sodoma fue tratar a las personas como objetos o instrumentos, ya sea tratando de violarlas, ya sea reteniendo para sí su bienestar material, sin compartir con los demás.

3-    Los imperios paganos que han dominado al mundo a lo largo de los tiempos, han sido engullidos por la historia, es decir, se han extinguido sin dejar mayor huella positiva. Para no quedar extintos por la historia, sino para realizar un aporte positivo que persista por la eternidad, hemos de vivir como Abraham, amando de forma práctica a D-os y al prójimo y, de este modo, siendo parte activa de la Iglesia, reino de D-os eterno (Daniel capítulo 2  versos 27 a 45).

4-    Estamos llamados a tratar con bondad y justicia a todas las personas, incluso a quienes viven valores opuestos a los nuestros. Intercedamos por ellos, pues las puertas del arrepentimiento están todavía abiertas (Ezequiel 18).

5-    No seamos como la mujer de Lot pues, como señala un autor, tenía apego por Sodoma y su pecado, y por ello corrió la misma suerte que esa ciudad. No nos dejemos encandilar por lo material, el consumismo, la superficialidad, sino amemos a D-os y al prójimo de una manera práctica.

Bibliografía
Castro, Federico de. Derecho Civil de España. Madrid, Civitas, 1984.
Cohen, Hermann. Religion. EE.UU., Scholars Press, 1995.
Ferrajoli, Luigi. Derechos y garantías. La ley del más débil. Madrid, Trotta, 2006.
Frankl, Viktor. El hombre en busca de sentido. Barcelona, Herder, 2004.
Fromm, Erich. El Dogma de Cristo. Buenos Aires, Paidós, 1964.
Fromm, Erich. You shall be as g-ds. Nueva York, Holt, 1991.
Lerner, Michael. Jewish Renewal. EE.UU., E. Putnam Pub Group, 1994.
Lévinas, Emmanuel. Cuatro Lecturas Talmúdicas. Madrid, Río Piedras, 1997.
Levine, Etan. Un judío  lee el Nuevo Testamento. Madrid, Cristiandad, 1980.
Kant, Immanuel. Groundwork of the Metaphysics of Morals. Reino Unido, Cambridge University Press, 1998.
Nolan, Albert. ¿Quién es este hombre? Cantabria, Sal Terrae, 2011.
Zagrebelsky, Gustavo. La exigencia de justicia. Madrid, Trotta, 2006.


Daniel Montero Bustabad